Como pequeña introducción, me gustaría mencionar que esta película participó en la décima edición del FICUNAM, muestra compuesta por diferentes películas de jóvenes cineastas iberoamericanos. Una de las particularidades del certamen fundado por la UNAM es el diálogo que genera entre los creadores de cinematografía y el público. Esta participación de los espectadores refuerza la reflexión sobre diversos temas de nuestra realidad actual y crea un espacio en donde la crítica cinematográfica actúa como un elemento importante dentro de este festival.
Sinopsis: En Longa Noite (2019) vemos al protagonista (Anxo) hacer un recorrido al pasado franquista de Galicia. A través de diferentes conversaciones con personajes que reviven sus memorias nos acercamos a este recuerdo colectivo, que adentra al protagonista en los paisajes nocturnos de la región.
Algo que llamó mucho mi atención es la preocupación artística reflejada en cada uno de sus elementos, como la fotografía, el guion y la dirección de arte, por lo que esta crítica se centra en la imagen como elemento narrativo que refuerza la experiencia estética.
‘Longa Noite’, el oxímoron del recuerdo
El ser humano siempre ha buscado resguardar su memoria a través del tiempo y encontró en el cine una expresión única para realizar esta labor. La riqueza de este formato es infinita al querer evocar un tópico como el pasado, podemos decir que uno de los recursos más utilizados es el diálogo, elemento instaurado en el guion. Sin embargo, Longa Noite (2019) articula la premisa de que el cine recuerda desde todos sus elementos y de diversas maneras, sobre todo dentro del uso de la imagen como elemento estético y narrativo.
Longa Noite (2019) nos transporta a una atmósfera natural que se vuelve hipnótica y que enmarca múltiples voces del pasado, instaurando nuevas reflexiones sobre la época franquista en Galicia. Esta película ejemplifica lo que el filósofo Gilles Deleuze (1987) había dicho sobre cómo la memoria se instaura en el cine a través de la imagen:
Nos sumergimos en el tiempo, no al capricho de una memoria psicológica que no nos daría otra cosa que una representación indirecta, no al capricho de una imagen-recuerdo que nos remitiría una vez más a un antiguo presente, sino según una memoria más profunda, memoria del mundo que explora directamente el tiempo, que alcanza en el pasado lo que sustrae al recuerdo.
De esta manera, en la película forma y contenido se unen indisolublemente para tocar algo más profundo en los recuerdos: la memoria del mundo. Longa Noite realiza esta búsqueda a través de sus diálogos, retomados de escritores españoles emblemáticos de la posguerra como Max Aub, Luís Seoane, Ramón de Valenzuela, Ángeles Malonda, entre otros autores; de sus recorridos de cámara, que poseen una lentitud magnética; su fotografía, que encuadra de forma concéntrica y construye una historia sumamente introspectiva y personal. Toda esta composición explora tanto el tiempo como el recuerdo.
Este largometraje une las piezas de un recuerdo histórico fragmentado y disperso por medio de una ruptura de la narración convencional. Así, presenta una serie de conversaciones tomadas de textos literarios, para recordar los estragos que vertió una dictadura sobre sus testigos y su descendencia. Durante el filme, vemos el recorrido de Anxo, el protagonista, que camina por diversos lugares cotidianos. Conversa con personas que han sido migrantes, viudas, testigos de una muerte llevada a cabo por el acoso político; hablan sobre la esencia de la libertad, la migración, la miseria y el miedo a la persecución:
—Hay dos miedos, el miedo a algo y el miedo al miedo. El miedo a un bombardeo, a una patrulla, ese pasa, porque ese siempre pasa. El otro no. Ese queda.
Como este, existen otros diálogos que versan sobre temas propios de la naturaleza de la guerra. Todas estas conversaciones tienen lugar en espacios propios de la región de Galicia y poco a poco nos llevan a lugares más oscuros, quedándonos al calor de una fogata, y finalmente, a una noche que solo es iluminada por la luz de la luna.
De esta forma, el recorrido culmina en una especie de oxímoron (figura retórica que usa dos conceptos de significado opuesto, para generar un nuevo sentido). Vemos poco a poco que el elemento de la naturaleza nocturna se contrapone con los crudos testimonios de los personajes, lo que da un nuevo sentido al papel de la memoria y la imagen.
Una voz en off desenvuelve las palabras de una carta dirigida a una esposa, y el oxímoron en Longa Noite se desdobla; esta carta, que expresa confidencialmente la experiencia de un hombre recluido por la guerra es narrada desde un imponente paisaje en la noche.
—Querida: Ojalá la presente llegue a tus manos para que sepas que estoy bien. A Pancho dile que no se meta en política, por nadie ni por nada. Muchísimos besos y abrazos. Y perdón. Perdón, y perdón a todos.
Esta narración transcurre mientras el protagonista camina entre las montañas y toca los árboles, lo que transmite una sensación de extrañeza, ya que por un lado la anécdota es desgarradora; pero por otro, el paisaje contiene una misteriosa belleza.
Posteriormente, la cámara encuadra un lago y la luna llena invade el rostro de Anxo mientras duerme sobre una balsa. Vemos un amplio paisaje nocturno entre montañas, —lo que nos recuerda a una pintura impresionista— que nos traslada a un momento de reflexión, ya que en el silencio total nuestros pensamientos más profundos surgen. Así, nos remitimos a otro de los enunciados hechos por Deleuze:
[…] la imagen cinematográfica «hace» ella misma el movimiento, porque […] ella recoge lo esencial de las otras artes, […] convierte en potencia lo que sólo era posibilidad. El «movimiento automático» hace que se eleve en nosotros un «autómata espiritual», que reacciona a su vez sobre él. (p. 209).
De esta manera, la memoria logra insertarse de forma magistral en Longa Noite, ya que a través de la contraposición de imágenes en movimiento con el discurso se enmarca la polifonía de las voces que componen esta narración. Todas las acciones que se realizan en este relato elevan naturalmente la capacidad de cuestionar el propio pasado del espectador.
Así, Longa Noite resignifica a la guerra civil española, a todos los testimonios, que tanto escritores como civiles han conservado sobre este capítulo en las vidas de sus abuelos y de sus padres. Resignifica los recuerdos que han logrado diseminarse a través de distintas generaciones. Indaga sobre la propia naturaleza humana, sobre lo inevitable de la guerra, el miedo y la soledad. Y, finalmente, abre paso a las voces acalladas por la Historia para que manifiesten su memoria en la belleza espectral de la soledad nocturna y eviten el olvido.
Referencias
Deleuze, G. (1987). La imagen-tiempo. Barcelona: Paidós.
NUMAX Distribución. (2019). Longa Noite de Eloy Enciso. 12 de febrero de 2020, de Página oficial de NUMAX Distribución Sitio web: https://distribucion.numax.org/es/peliculas/longa-noite
NUMAX Distribución [NUMAX] (2019, noviembre 12) (1) Trailer LONGA NOITE (Eloy Enciso) [Archivo de video]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=XntGJngJq0E&t=27s
Ficha técnica
Longa Noite, Eloy Enciso, 2019, España
Guionista: Eloy Enciso
Fotógrafo: Mauro Herce
Edición: Patricia Saramago
Productora: Beli Martínez
Protagonistas: Celsa Araujo, Misha Bies Golas, Nuria Lestegás, Suso Meilan, Manuel Pumares, Verónica Quintana.
Música: Juan Carlos Blancas (diseño de sonido)